10 tips para lograr el estilo nórdico
En el blog de Nuuk normalmente nos gusta presentar y compartir opciones
creativas, útiles y sencillas para sacar el máximo provecho a diferentes partes
esenciales de tu hogar como estancias, recámaras y comedores. En otras
ocasiones hemos optado por presentarte algunas ideas un poco menos
convencionales como bares u oficinas en casa para demostrarte que no necesitas
tener la casa más grande y aún si tu espacio es limitado sigue siendo posible darle
toques atrevidos sin gastar más dinero del que tienes o sacrificar la
funcionalidad.
También procuramos hablar un poco de los diferentes estilos que están
de moda actualmente y cómo puedes lograrlos. Una de las corrientes de diseño de
interiores que más mencionamos es la
vertiente nórdica o escandinava que de hecho es la inspiración de nuestro
proyecto (Nuuk es la capital de Groenlandia) y que en pocos años se convirtió
en uno de los favoritos cuando se trata de interiorismo.
Queremos que saques el mayor provecho a nuestro amplio catálogo de
muebles y si es que lo deseas logres ese estilo nórdico que tanto nos gusta. Te
presentamos algunas ideas y consejos para convertir tu casa en el espacio de
tus sueños.
1. Luz, luz y más luz
Es la razón de ser de este estilo: multiplicar la
claridad a toda costa, porque en los países nórdicos toda luz es poca. Por lo
que quedan terminantemente prohibidas las telas tupidas en cortinas. De hecho
es habitual ver desnudos los ventanales de las casas de estos países. Los tonos
oscuros en suelos, paredes y muebles, es decir, en superficies grandes, tampoco
son habituales.
2. Blanco que te quiero blanco
No es de extrañar, entonces, que el blanco sea el
color insignia del estilo nórdico. Presente en paredes, muebles, complementos e
incluso en el suelo, se hace uso (y abuso) de él en su tono más cálido. Es
habitual que convivan con él el beige y el gris.
¿Eso significa que el resto de colores están
prohibidos? Para nada, las pinceladas de color suelen añadirse en los
complementos, los textiles, las lámparas o incluso los cuadros. Por ejemplo,
una de las combinaciones estrella del estilo nórdico es el contraste entre
blanco (el color dominante) y negro (el sencundario), como se aprecia en esta
cocina.
3. ¡Más madera!
¿Qué sería del estilo nórdico sin la omnipresencia
de la madera? No solo en suelos, paredes y muebles, sino también en todo tipo
de complementos, desde portavelas hasta accesorios de mesa. Como ocurría con la
paleta cromática, las variedades más habituales vuelven a ser las claras, como
el haya o el abedul. Recordemos: todo va orientado a atraer la luz en casa y a
crear espacios más acogedores y envolventes.
4. Muebles funcionales y sin artificios
En el mobiliario se impone la sencillez, las líneas
rectas y depuradas, combinadas con suaves curvas y líneas orgánicas. De ahí que
este estilo tenga puntos de conexión con el minimalismo. El objetivo es lograr
un ambiente diáfano y espacioso, sin artificios innecesarios que rompan la
armonía lograda. Lo práctico se impone a lo estético.
5. El arte de mezclar... y acertar
Aunque la madera suele ser el material estrella del
estilo nórdico, es habitual combinarla con otros con el fin de crear un espacio
más personal y vivido. ¿Por qué no incorporar toques de estilo industrial o
algún mueble vintage?
6. Textiles 100% naturales
Lo natural se impone en el estilo nórdico, y los
textiles no son una excepción. El lino, la lana y el algodón nunca faltan en
las casas escandinavas, aunque también aparecen las pieles en plaids y cojines,
sobre todo durante los meses de riguroso invierno. Lo importante es envolverse
de texturas naturales, abrigadas y gustosas que nos hagan sentir a gusto. No es
casualidad que el hygge (algo así como la fórmula de la
felicidad) naciera en Dinamarca.
7. Con motivo(s)
Aunque las decoraciones nórdicas tienden a ser muy
sobrias, nunca faltan los estampados para dar un toque alegre y atrevido. Los
motivos geométricos, sobre todo los rombos y los rectángulos, se imponen.
Combinados con colores poco saturados, como la gama de los pastel, es habitual
encontrarlos en cojines, accesorios e incluso en paredes, como en este
dormitorio infantil.
8. La naturaleza, en casa
Un leitmotiv en las decoraciones
nórdicas son las referencias naturales y animales: desde ciervos en cuadros o
en cabezas de peluche para decorar las paredes de la habitación de los peques
hasta accesorios confeccionados con ramas, piñas... Y por supuesto no pueden faltar
ni las plantas ni los ramos.
9. Detalles handmade
Al estilo nórdico le gusta la filosofía DIY. Un
plaid de crochet, una manta de patchwork, mesas de madera recuperada, muebles
restaurados, piezas decorativas hechas con troncos, amigurumis... Además, lo
artesanal es tendencia.
10. Atmósfera vivida
Lo personal invade las casas nórdicas, creando
ambientes más acogedores y vividos. No es de extrañar, teniendo en cuenta las
horas que pasan en casa cuando el termómetro cae en picado. Fotos familiares o
de viajes, una colección personal, una composición de láminas o cuadros... ¿Y
lo que nunca puede faltar? ¡Velas! Regalan un plus de calidez y crean una
atmósfera más envolvente y con un matiz mágico.
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